Que sí, que ya sabemos que somos pesadísimos y que pensáis que ya no hay nada más que decir de nuestro último número pero como le dijo el ginecólogo a vuestra madre cuando pensaba que no le venía la regla por estrés, USTED SE EQUIVOCA.
Recogidas bajo el título de ANECDOTARIO son un auténtico golpe cromático de cojones sobre la mesa. Seguro que ahora te arrepientes de no habernos votado para el premio al mejor fanzine en Ficómic ¿Verdad tío puta? Como te cojamos en una esquina te vamos a coser a puñaladas.
Por último, todo el mundo nos ha comido el reborde diciendo que el lomo del Adobo Final era exquisito y que la idea de que se pierda en la librería al colocarlo es maravillosa. Lo que esa gente no sabe es que esa ida se pensó en materializar de dos maneras distintas.
La primera es la que todos conocéis porque habéis comprado el Adobo Final (el resto estarán como un conejo cuando se le dan las largas), y la otra es esta otra, que imita el anuario de la revista Atalaya, que como todos sabéis es el auténtico Némesis de Adobo.
El día menos pensado y si no nos compráis todos los adobos os enseñaremos las marcas que nos han dejado los calzoncillos en la entrepierna por haber hecho juramento de no cambiarse de muda hasta que no llegara la primera buena crítica del número. Esas yagas han dejado huella, pero son una buena manera de romper el hielo con las churris... o al menos eso nos han dicho los de Rantifuso.
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