¿Os imagináis lo que pasaría si cuando te empiezan a salir granos y pelos en los cojones te toca volver a mascar un chupete y a cagarte encima? Tendrás nuevas oportunidades de reinventarte, pero aprenderte de nuevo la tabla de multiplicar es un soberano coñazo. Este año en el XIII encuentro del Cómic y la Ilustración de Sevilla ha pasado algo muy parecido.
"¿Carlos Pacheco ha vuelto? Carlos Pacheco nunca se ha ido y empiezo a pensar que su mente no está en perfectas condiciones"
Todo eso y miserias locales han hecho de este Encuentro de Sevilla una edición atípica, pero no exenta de momentos gloriosos. Pasemos a hacer memoria:
El viernes llegamos al Encuentro en su nueva sede del Cicus. A la luz del día el emplazamiento era una extraña mezcla entre un patio sevillano y una escena del El Séptimo Sello. La posibilidad de hacer un ajedrez humano con los asistentes se tornaba exquisita.
Me importa un carajo que seas la muerte. Este año NO HAY CONCURSO DE COSPLAY.
5 mesas de metro y medio y sillas para aburrir dejaban espacio para todos los fanzines que ocuparían la zona. La primera en llegar fue Irene Rodríguez de Capital, que tomó asiento mientras los 3 stands de tiendas y editoriales montaban el chiringuito.
"Viva el mal, viva el..."
La exposición de fotografías de Nacho González había retratado a El otro Samu y a Fresús en una actitud relajada y claramente homo-erótica. La confianza con los miembros de la organización tras 5 años de convivencia quedaba clara cuando nos preguntaban por "tu marío".
Efectivamente amigos, la coña de este encuentro no ha sido Adobo Muere, sino Adobo Maricón. A estas alturas del cuento como sabréis nos la suda mientras la gente COOOOOOMPRE.
Fresús y El otro Samu juto a su foto. Ahora estamos embarazados.
En la planta superior estaba el Bosque de Fanzines, que sobre el papel pintaba exquisito y que en la vida real era digno de nosotros. Imaginaos una sala de una casa antigua en obras donde los yonkis se van a meter lo que pueden permitir. El frío y la oscuridad del lugar hizo a la gente abstenerse un poco de subir a la temida primera planta y ver lo que se había perpretado. Fantaseamos con protagonizar una escena de la película "Intacto" a ojos tapado para ver con qué fanzine nos chocábamos. MAL.
Estaba previsto que hubiera una fanzinoteca para que la gente se sentara a disfrutar de los descartes de nuestras estanterías, pero decidimos sutituirlo por un Skin con un pitbull para armonizar con el entorno. La ausencia de indicaciones hizo que no mucha gente subiera a curiosear, pero los que lo hacían bajaban con los ojos como paelleras y las manos en la cabeza cagándose en su puta estampa. Objetivo cumplido.
¿Por qué corre señora? lo fanzines no hacen daño a menos que haga movimientos bruscos...
Con semejante grupo de personas la mita no tardó en fluir. Antes de que nos diéramos cuenta, los Migas asaltaron el ágape que reposaba en una de las esquinas del emplazamiento, haciendo honor a su fama de hambrones de mierda. Se comieron las pastas resobadas a las 4 de la tarde y hasta los emparedados que Borja y Mayte de Los Ninjas Polacos escondían para cuando llegaran las vacas flacas. Son como las putas plagas, pero ¿quién les va a decir que no con esas caritas de niñones?.
Los Migas se dejaron hacer alguna foto mientras hacían la digestión de un taco de posavasos que encontraron en una papelera.
Fresús llegó con noticias frescas, habíamos salido en El Mundo en una entrevista y una vez más nuestra reciente fama tomaba fuerza. La foto haciendo cucu-trás en el artículo dejaba entrever que éramos unos jóvenes traviesos y amororos. Os juramos que en la sesión hubo de todo, pero la selección nos dejó como un par de osos cortijeros.
Pasaban las horas en el Cicus y salvo alguna nube de guiris que vaciaron literalmente el stand de La Tostadora allí no había ni un alma. De las conferencias de Tebeosfera salía de vez en cuando algún curioso a darse un garbeo y a hacer tiempo.
Hora punta en el Encuentro.
A media tarde nos llegó la noticia de que el Garabattagge se adelantaba un día por extrañas razones, lo que nos dejaba a la mayoría de ponentes picuetos con las presentaciones a medio cerrar. La cosa terminó con la suspensión de la cuarta edición del encuentro de ilustradores sevillanos. Nos veremos las caras los mismos en diciembre pero no estaremos en el marco del Encuentro. Hemos guardado ya los tangas de leopardo y los látigos para una situación más propicia.
El nuevo Garabattage es inminente y Adobo os va a fundir los putos plomos.
Los eventos se sucedían en el patio y la inauguración del Bosque de Fanzines y la proyección de Grapas se quedaba huérfanos por falta de público. La visita de Pablo Muñoz y el reencuentro con Gabriel (a.k.a. Pepe Napya) nos dieron algo de alas hasta la hora del cierre. La jornada terminaba, así que hicimos lo que es de recibo: dejar las cosas en el almacén y encaminarnos a Los Hermanos Gómez para meternos entre pecho y espalda unos serranitos como Dios manda.
Aceptamos "serranito" como representación terrenal de la Santísima trinidad.
El Sábado la jornada se movió un poco más. Pese a que, al llegar a las 11, las puertas del recinto estaban cerradas, las sesiones de firmas animaron el cotarro y nos dieron momentos maravillosos como cuando El otro Samu le confesó a Carlos Hernández que jamás en la vida se pondría de nuevo en una puta cola de firmas justo cuando se disponía a firmar ejemplares de su última obra. A media mañana se unieron también Juan, Miguel y Dani, los tres jinetes restantes del Ranti-Apocalipsis .
También nos visitó Jesús, de Un Gato en Bicicleta, que venía a la presentación de Capitán Nazareno. Llegados a este punto es de recibo decir que el Encuentro se celebra en Sevilla con eróticos resultados. Agustín García daba una ponencia sobre Música y Cómic y se acercó por allí invitándonos a pasar luego por El Corral del Esquivel, pero no contaba con la familia de rumanos que vive en el estómago de cada uno de los fanzineros.
Nunca dejes de luchar por tus sueños Álvaro. Nunca.
Álvaro Pons también estuvo por allí y se llevó su Adobo personalizado y numerado. Nosotros respiramos tranquilos, porque desde que cerró La Cárcel de Papel sabemos que duerme debajo de los puentes. Esa noche con el Adobo Final tendría hoguera y edredón en una sola publicación.
Nacho se pregunta "¿Era necesario?" La respuesta está en las estrellas.
La mañana pasaba de puntillas con una afluencia moderada cuando llegó Nacho García y el nivel de mita subió enteros. Fresús y él dieron con el tesoro más ansiado por los allí presentes: hincarle el diente al famoso jabalí asado a la sombra de La Giralda. Allí estuvieron moviendo el bigote junto a los autores invitados al encuentro y no trajeron un triste tupper para el resto de la zona. Es por eso que más tardes fueron castigados con MÁS CARNE. Efectivamente, terminamos comiendo OTRA VEZ en los Hermanos Gómez. Esa noche no había pan para todos así que comimos a churrasco per cápita mientras despellejábamos a todo Cristo con renombre dentro del mundillo del cómic patrio ante la atónita mirada de las deliciosas amigas griegas que se trajo Nacho García para nuestra gloria.
Borja sonríe al leer nuestro Adobo Final. Le encantan las calaveras y nosotros no tardaremos en dejar alguna que otra.
Esa misma tarde aparecieron allí los putos reyes del Encuentro: las tres únicas personas de Sevilla que no sabían que este año la cosa no iba de cosplay y Para Para Para. Entraron por la puerta, y una vez superado el momento de puta vergüenza porque eran los únicos disfrazados, hicieron gala de que el cosplay es una forma de vida y se pusieron en una puta esquina a hacerse fotos entre ellos. Por supuesto los cogimos por banda y nos hicimos algunas fotos con ellos. Eso sí, mucha forma de vida y mucha tontería, pero no te vas de tapas vestida de Mística ¿Verdad?.
Los únicos cosplayers ¿Dioses o Subnormales?... ¿No viene a ser lo mismo?
Si la escalada de emociones no fuera suficiente aún quedaba lo mejor. El concierto en viñetas resultó ser un homenaje a Moebius y la mita estaba asegurada con la participación de Nacho García y Fresús entre sus participantes. La música instrumental de Tanhäuser obligó a los dibujantes a ponerse tapones de los oídos, pero al público se nos debió poner una palangana en las rodillas cuando se nos cayeron las babas al ver como Fresús se saltaba el protocolo y muy lejos de dibujar un personaje del autor homenajeado se marcó una caricatura (inicialmente clavada a El otroSamu) junto a un gato maravilloso que le decía al autor en cuestión "TE HECHO DE MENOS VIEJO AMIGO. Fresús nos suponía emocionados cuando dibujó una lágrima en las mejillas de sendos personajes, pero no sospechaba que muy lejos de lo que pensaba estábamos tirando de diccionario de la RAE para luego tocarle la carita con mil y una bromitas.
Samu de Rantifuso pudo captar el momento más HEMOTIVO de la gala
Tras el momentazo esperábamos ansiosos la aportación de Nacho García, que dibujaba justo antes que la estrella invitada: Carlos Pacheco (omnipresente en el salón desde el cartel hasta el bar que montaron con cervezas a un euro). La espera mereció la pena. Bajo la atónita mirada de los asistentes el mágico estilo de Nacho se desarrollaba a tiempo real delante de sus narices. Las dificultades técnicas hicieron que hubiera titubeos, pero la frase Just call me Blueberry que rubricó su ilustración arrancó una ovación del respetable.
En el transcurso del dibujo al bajista se le rompieron 3 cuerdas de la puta emoción.
Lo maravilloso fue cuando Carlos Pacheco se puso a dar calor porque le tocaba a él y el bueno de Nacho se empezó a recrear dibujándole un cigarro al personaje… con su humo… algunos detalles del escenario… A Pacheco se lo llevaban los demonios, le estaban robando SU fama. Pacheco se equivocaba, para nosotros su garabateo del mismo personaje y el cameo forzadísimo de Silver Surfer no le llegaron a Nacho ni a la altura del betún.
¿Carlos Pacheco otra vez? ¿Pero qué coño llevas en las manos Carlitos?
Llegó el momento de partir y de HECHARNOS esos churrascos al estómago. La jornada había sido más animada que la del viernes, pero en nuestro fuero interno temíamos los efectos de un domingo de bostezos y suspiros.
Amanecimos el domingo y al acudir al Cicus supimos que nuestros malos augurios se hacían realidad. Una calma chicha reinó durante toda la jornada a pesar de las firmas de autores que se desarrollaron allí. La sensación de cierre de jornadas se mascaban en el aire hasta el punto de que a la hora de comer la opción más interesante fue pillar comida para llevar y comérnosla en las mesas que las tiendas y editoriales habían dejado libres desde primera hora de la mañana. El día fue un desfile de colegas que se acercaban y miraban a su alrededor y nos preguntaban "¿Qué carajo ha pasado?". Una francesa que nos recordaba a César de los Morancos fue viniendo todos los días y llevándose poco a poco toda la colección de Adobo. En esta edición del Encuentro ella fue nuestro hallazgo y posiblemente nosotros el suyo.
El Cicus es un patio para el recuerdo y una postal de los 80s de puta madre.
Como punto a destacar, esa misma mañana Gabriel hacía la presentación de su libro una Extravagante Historia de Serie B, con un público escaso, pero con una capacidad para descorchar momentos mágicos con una máscara robada de Optimus Prime. No despegad aún el culo del asiento porque ese tipo de delicias las podréis disfrutar en unas semanas cuando tengamos tiempo de cosas tan primarias como montar un vídeo o mantener nuestra higiene a raya.
"¿Por qué no dibuha a Mahoma?" Jaque Mate Samu.
Los compañeros de la grapa y la autoedición fuero marchándose poco a poco. Abrazos, conclusiones e intercambio de publicaciones precedieron a una serie de despedidas que nos dejó a Adobo y a Migas recogiendo el chiringuito dos horas antes de que oficialmente se clausurara el encuentro. Nos despedimos de la organización agradeciéndoles todo su esfuerzo y el interés por que estuviéramos cómodos y dimos por zanjado el Encuentro. Cenamos y acompañamos a Migas a coger el autobús. No tardaremos mucho en vernos.
La Tostadora casi agotan sus existencias. En Adobo ya nos hemos agenciado un mantel por si las moscas.
Las conclusiones se fueron desgranando poco a poco. La falta de afluencia por la dispersión de las actividades, la ausencia de señalética, la falta de alternativas al manga y el merchandising, la ausencia de editoriales… Son parches a solucionar para futuras ediciones por parte del Encuentro, pero lo que está claro es que la zona de fanzines estuvo muy por encima del nivel de muchos otros eventos. Comodidad, calidad, atención y facilidades para los fazines siguen siendo la seña de identidad de este evento y mientras Adobo siga al pie del cañón así seguirá siendo. Los faznineros se despedían con pocas ventas pero con una sonrisa en la boca gracias a su dosis de mita.
Todo nos obliga a improvisar y reinvernarnos a nosotros también justo el año en el que morimos. Eso significa mucho más esfuerzo para nosotros cuando las fuerzas empiezan a flaquear, pero también significa que vamos a daros muchísimo más el coñazo que en un año normal y corriente, así que preparaos porque si nos conocéis aunque sea de vista está de Dios que nos compréis un Adobo Final y todos los que os faltan de los anteriores.
¡OS QUEREMOS PANDA DE CABRONES!… pero el culito a la pared.
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